El acero somos nosotros, ante el óxido, la corrosión de lo oscuro, de lo que nos guardamos,
de las almas que no gritan, ante la muerte, el estado eterno de la culpa no-viva, somos el
acero.
No nos partimos, no nos doblamos, no (decay)emos. Estructura metálica, fractal rígido,
somos la materia viva que brilla, incandescente, iridiscente. Nobles, en transición
constante hacia la Gran Luz, El Gran Imán de la Energía, Dios, lo que quieras creer.
Nos moldeamos, porque el calor da la energía para cambiar, y no podemos permitirnos bajo
ninguna circunstancia que el frio nos condene a la oscuridad.
Encuentren su llamado y ¡brillen! que nos hace falta luz en el mundo.
Yo ya encontré porque (o por quienes) brillar.
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And then the long pulse of Zion Dub.
jueves, 25 de agosto de 2011
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